miércoles, 19 de noviembre de 2014

Una familia Guerrer@


Las nueve de la mañana de un  lunes lleno de sol, las personas van y vienen en la plaza de armas de Zarumilla, todos buscando reconectarse a la rutina laboral de la semana, solo algo los distrae en una esquina vacía  - aun no llega la tía Guerrero- es el comentario general; y es que para la gran mayoría de los zarumilleros, es imperdonable un rico ceviche el día lunes, donde los Guerrero. De pronto doblando la esquina un triciclo celeste aparece halado por dos figuras de paso grave – ya vienen – tan pronto se instalan,  muchos rodean y comienza un festín que congrega a muchas personas conocidas de este pueblo, (abogados, profesores, policías, empleados, hombres y mujeres de a pie).

Es toda  una tradición, la que se ha forjado hace muchos años en este rincón de la patria,  una gastronómica costumbre que inicio quizá de manera fortuita y muy sencilla, pero con la más íntegra y noble decisión. Corría el año 1969, la familia Guerrero Carrillo atravesaba por difíciles momentos, el padre y sustento del hogar yacía enfermo varios días, entonces salió a relucir el valor de la madre de familia, asumiendo con entereza aquellas vicisitudes propias del destino, Doña Jesús ya con tres pequeños niños decidió iniciar un modesto negocio en la escuela primaria 094 - hoy Soterito López Espinoza -  quedaba justo al frente de  su casa, una mesita improvisada, unos dulces caseros y una gran fortaleza fue el génesis de un preciado trabajo familiar. No duraría mucho tiempo en aquel lugar el embrionario kiosquito, pues la directiva de la escuela primaria no permitiría que continúe funcionado allí ese pequeño negocio; a pesar de los inconvenientes presentados la idea se mantenía incólume, sería entonces el histórico Colegio Nacional Mixto Zarumilla el que alojaría por muchos años el kiosco de los Guerrero.

Generaciones completas han pasado por las aulas del Colegio Zarumilla, personas que hoy pintan canas y que han llegado a los más altos cargos en su carrera, algunos ya jubilados (James y Vico Ordinola ambos Generales en Retiro de la PNP, Ex Congresista Carlos Canepa, Econ. Cesar Canepa, Dr. Fredy Campaña, Dr. Sanjinez, Dr. Raul Chiroque, Dr. Miguel Lacca, Prof. Francisco Balladares, Prof. Rodrigo Jiménez, Prof. Sebastián Chiroque, Eco. Lucho Noblecilla, Gianina Ottiniano,   CPCC Henry Garay, Arq. Jaime Hernández (recordado alumno de la Marinera), Econ. Elmer Gil Gonzales y muchos otros a quienes recuerda con cariño doña Jesús; todos ellos corrieron alguna vez por los pasillos del  alma mater de la provincia y por su puesto degustaron del popular ceviche de cachema en el kiosquito de madera de los Guerrero, al igual que el colegio, el negocio fue creciendo, muchos directores pasaron por el Mixto, algunos extintos; a pesar estas desavenencias del destino aún doña Jesús, los recuerda con cariño, por más 24 años; mixtianos que disfrutaron sus pitanzas como el arroz con leche, mazamorra, gelatina, sándwich, papa rellena, el refresco o los bolos de frutas elaborados con la finas manos de la tía de todos, “la Tía Guerrero”, con cariño.

Nace el Cevichito y el arroz con tollito

Ya por los últimos años se había improvisado un triciclo como kiosco rodante, el mismo que se recurría de emergencia cuando se suspendían las clases, ya sea porque los profesores debían de hacer cola para cobrar sus cheques o porque se convocaba a huelga nacional, en fin el negocio debía continuar, para esto se acondiciono el muy conocido triciclo celeste adquirido a plazos, en el surtido almacén del desaparecido Hugo Pérez en la Av. 28 de Julio.

Las pocas facilidades de continuar en el recinto del Zarumilla, por iniciativa propia, la familia Guerrero decide enrumbar y llevar su kiosco a un nuevo punto de venta; esta vez, muy propicia la esquina del parque de Zarumilla. Pero si sólo era ceviche, como es que luego apareció el clásico arroz con tollito, Doña Jesús nos da la respuesta, que podría ser la explicación al curioso plato combinado que hoy se vende en todas partes a media mañana en el norte peruano.

Cevichito
A inicios de la década del 90, en Sudamérica y con más fuerza en el Perú se desato un brote de epidemia del cólera, enfermedad producida por una bacteria que se aloja en el estómago, que incluso llegaba causar la muerte en las personas y muy contagiosa, se atribuyó su rápida propagación al consumo de pescado, fue en aquel tiempo que el ceviche dejo de consumirse por algunos meses, tuvieron que improvisarse algunos platos, nació así el ceviche de pato, el ceviche de pollo y por su puesto el arroz con tollito y una picante ensalada de cebolla; pasada la epidemia se juntaría el ceviche con zarandaja, camote, arroz y el tollito desmenuzado.
El Mixto

44 años de constancia suma en total este negocio familiar, sin presagiar ser parte de la historia y tradición popular esta heroica provincia, los esposos José y Jesús Guerrero tienen en su memoria la línea del tiempo de las generaciones de este pueblo. “Ahora cuando degustamos un cevichito o un platito mixto de los Guerrero, en aquella esquina, sabemos que hay una historia, una vida y un corazón dedicado a alimentar y deleitar a los visitantes y paisanos de cálida y hermosa tierra, Zarumilla”.

0 comentarios:

Publicar un comentario